Hacer algún que otro trabajo de bricolaje casero es una forma fantástica de ahorrar dinero y tener siempre tu vivienda como nueva y a la última. Por ese motivo desde hace algún tiempo te ofrecemos consejos y recomendaciones al respecto en nuestro blog. Algo que hicimos hace unas semanas cuando te enseñamos cómo aislar tuberías.
Y en esta nueva publicación queremos hablar del lijado, porque aunque pueda parecer algo sencillo y rápido de realizar, lo cierto es que hay que tener muchas cosas en cuenta para que todo salga bien. Una de las más importantes es elegir lija según trabajo correctamente, ya que solo así los resultados serán óptimos. Así que a continuación te mostraremos qué tipos de lija existen y para qué deberías usar cada uno de ellos.
Tipo de lija según trabajo: la importancia del grano
Antes de entrar a hablar de lijas manuales y eléctricas, de las que existen muchos tipos, vamos a centrarnos en algo aún más importante: el grano. El grano es el material abrasivo que hace que las asperezas e imperfecciones de la superficie a lijar se desprendan. Es decir, básicamente el grano es lo que “lija” por decirlo de algún modo.
Y en función a ese grano, los tipos más habituales son los siguientes:
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Lijas de carburo de silicio: este tipo es perfecto para lijar materiales más duros como el vidrio, la piedra o el mármol.
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Lijas de óxido de aluminio: son las más corrientes y duraderas, aptas sobre todo para lijar superficies de madera o metal.
A parte de esto, a la hora de comprar una lija también podréis observar que tienen una numeración. Esta marca la distancia que hay entre sus granos, por lo que un número mayor ofrecerá un lijado más preciso que un número menor, que será más basto. Las números bajos suelen usarse para alisar superficies y los más altos para los acabados.
¿Qué tipos de lijas manuales existen?
Además de lo que hemos hablado sobre el grano, para elegir la lija según trabajo también es importante determinar si necesitas una manual o una eléctrica. En el caso de las manuales, tú tendrás que hacer todo el trabajo, como su propio nombre indica. Y generalmente podemos encontrar diferentes tipos de lija manuales:
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Taco de lija: son la mejor opción para los acabados de la madera.
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Esponjas abrasivas: se usan mucho en el lijado de estucos o para preparar superficies para el lacado.
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Lana de acero: resulta perfecto para el proceso de pulido y encerado en muebles de madera, así como para decapados.
¿Y eléctricas?
Si vamos a tener que hacer un trabajo que requiera más trabajo y muchas horas de lijado, desde Comercial Moreno te recomendamos optar por una lijadora eléctrica. Sin embargo, existen muchos modelos y tipos diferentes. A continuación te ofrecemos las características de los más habituales:
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Lijadora mouse: es muy práctica porque tiene forma de pico y permite llegar a cualquier rincón. Son muy ligeras y manejables, siendo válidas para superficies planas y amplias como para trabajos de difícil acceso.
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Lijadora excéntrica: es más profesional y posee una hoja redonda que realiza un movimiento giratorio, ofreciendo un acabado mucho más preciso.
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Lijadora de banda: ideal para trabajar la madera bruta y las superficies grandes. Es menos precisa pero tiene más potencia y capacidad de trabajo.